Un árbol de lo más peculiar

Hoy os acercamos a un tipo de árbol cuanto menos, curioso. El naranjo de los Osages es un curioso árbol, debido a su fruto, que a pesar de ser un naranjo no es comestible. Puede llegar a medir de 12 a 15 cm de diámetro, con jugo lechoso.  Procede del centro y sur de Estados Unidos, de Louisiana, Texas, Oklahoma y Arkansas y se introdujo en Europa en 1810 a través de Inglaterra. Prefiere un clima templado aunque soporta las heladas, si bien los ejemplares jóvenes temen el hielo, y precisa situación soleada. Aguanta todo tipo de suelo y tolera las sequías y no los ambientes contaminados. Tiene crecimiento rápido y puede alcanzar 150 años de edad.

La floración tiene lugar en primavera y fructifica en verano-otoño. En algunas zonas llaman a la fruta de este árbol (que, como hemos dicho, no es comestible), “sesos de mono”, debido a su aspecto semejante a un pequeño cerebro.

La madera es de excelente calidad, dura, y compacta, comercializada como madera de hierro. Se emplea para elaborar diferentes utensilios en su lugar de origen y con ella los indios fabricaban arcos y flechas, así como cercados y traviesas de ferrocarril. En la actualidad sigue siendo la madera preferida por los arqueros profesionales. Las raíces y la corteza interior se usan para hacer un tinte de color naranja claro. Los colonos lo utilizaban para teñir las telas. También sus hojas sirven para alimentar a los gusanos de seda.

El “apellido” se debe a los Osages, una tribu sioux, cuyas pinturas de guerra realizadas sobre su cuerpo procedían del jugo amarillento de los frutos y de la madera. Asimismo opinaban que las mejores mazas de combate debían elaborarse con madera de este árbol.

Por si sientes curiosidad y quieres comprobar cuánto te decimos en Vivefeliz.es tienes dos ejemplares en Madrid: uno en el Parque de El Retiro y en El Capricho. ¿Lo conocías?

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