La celebración de las fiestas navideñas se ha convertido en una especie de apología de la sociedad de consumo. El gasto familiar en estos días es, en muchos casos diez veces superior al habitual. Se compra mucho y mal, especialmente en productos alimenticios y bebidas.
Importante tener en cuenta algunas recomendaciones:
- No abusar de alimentos de difícil digestión (mariscos, cordero, dulces, etc.)
- Incorporar todo tipo de verduras y frutas a los menús navideños.
- No preparar demasiados platos. Un primer plato ligero (sopa, pasta, ensalada, etc.), un segundo plato de carne o pescado y postre, es más que suficiente.
- Poner poca cantidad en el plato.
- Comer despacio, sin prisas, apreciando y saboreando la comida.
- Procurar que nada ejerza su influencia a la hora de comer cuanto antes. La televisión, las copas, el cotillón, etc., pueden esperar.
- El placer de comer desaparece con la sensación de hartazgo.
Se acercan días de exquisiteces culinarias, los mercados de alimentación muestran los productos típicos de estas fechas, la oferta es excesiva porque así lo establece la demanda. Un año más nuestro organismo se dispone a sufrir las consecuencias de una costumbre generalizada, los famosos “atracones navideños”, digestiones pesadas y frecuentes indigestiones que requieren tratamiento médico.
No olvidar que la alimentación equilibrada y la salud óptima están indisolublemente unidas.
El vídeo nos aconseja qué hacer ante los excesos. ¡No olvidarlo!