¡Sí, lees bien!, eso ocurre en Firhall, un pueblo al Norte del Reino Unido, donde sus habitantes deben ser mayores de 45 años, y no tener hijos menores de 16.
Un pueblo donde, además, se prohíben patos, conejos, palomas, fabricación y venta de vinos y licores y no más de un perro o gato por hogar. ¡Ah, nada de niños!.
Este pueblo fue creado con el objeto de rebosar paz y tranquilidad, pretendiendo que nada les turbe su ambiente acogedor, cosa que con niños no se suele alcanzar, pero, también ¡qué triste!, porque se verán condenados a perderse la vitalidad y alegría que trasnsmiten todos los niños.
En el tema “niños” son totalmente inflexibles: prohibición de menores de 16 años, que sólo pueden visitar el pueblo como máximo tres semanas y un total de tres meses al año.
Aunque nos puede parecer exagerado, los habitantes así lo han decidido.
¡Realmente curioso, pues hasta ahora sólo sabíamos de la existencia en la historia de un Herodes!
Ellos se lo pierden, pues los niños son el motor de la vida.
Son Britanicos para ellos sus decisiones aburridas y sin sentido
Qué rancios! Pero bueno también entiendo que si son todos unos viejunos y solo quieren descansar en paz antes de hacerlo de verdad, puedan. En fin, para gustos los colores.
Pues vaya mierda de pueblo.
¡Vaya con los inglesitos!. ¡Ellos se lo pierden!. Los niños no sólo dan «guerra», dan alegría y felicidad. ¡Qué tontos!.
Buena y original noticia, vivefeliz.