Pues sí, y es la que une Pekin con Lhasa (capital del Tibet). Empezó a diseñarse en los años 50 y debido a lo complejo de la obra tuvo que superar numerosos obstáculos, pues se debía salvar la cadena montañosa Kunlun y Tangula, cuyo punto más alto alcanza los 5.090 metros sobre el nivel del mar. Tuvieron, por tanto, que construir un túnel a 4.875 m. de altura con obreros equipados con tubos de oxígeno.
Puentes, túneles, todo un entramado de obras de ingeniería, para hacer posible que la estación de Tangula esté ubicada a 5.068 metros, siendo la más alta del mundo. Eso sí, los pasajeros no sufren el mal de altura, porque los vagones están presurizados, como los aviones, aunque van equipados de máscaras de oxigeno para cada pasajero, debajo de los asientos.
También llamado “El Camino al Cielo”, este ferrocarril atraviesa túneles espectaculares: – el más alto del mundo, de 1.388 metros de longitud, y – el más largo de la línea con 3.345 metros que se encuentra a 4.264 metros por encima del nivel del mar.
El paisaje que se ofrece en su recorrido es el de un paraíso de montañas heladas, logrando que con la estación ferroviaria de Lhasa, (con un marcado estilo arqueológico de palacio tibetano) y el nuevo aeropuerto de Nyingchi se aumente considerablemente el turismo del Tibet.
Curioso-muy curioso.
Muy curioso este reportaje.