De todos es conocida la frase “la música amansa las fieras”. Efectivamente, porque la música enriquece el desarrollo de manera global, ya que induce la producción de dopamina, un neurotransmisor que provoca sensación de placer.
Gracias a la estimulación temprana del aprendizaje musical, los niños mejorarán la capacidad de atención y memoria y se potenciará su creatividad. Todas las experiencias musicales desde el nacimiento hasta los 6 años tienen una gran repercusión en la capacidad del niño para apreciar, comprender y aprender música. Por ello, si la educación musical durante los primeros años ha sido la adecuada, llegado el momento no sólo le será más sencillo tocar un instrumento, sino que querrá hacerlo. Porque, para tocar un instrumento tenemos primero que sentir la música en nuestro interior.
Además de la escuela y de la música en directo, los menores también deben escuchar música en casa, con un repertorio amplio y variado. Tradicionalmente se piensa que es mejor la música clásica debido a su variedad, a la intensidad o instrumentos que se usa, pero cualquier estilo aportará muchos beneficios al menor.
Si queremos que nuestros hijos desarrollen su capacidad musical, debemos ayudarles. Podemos llevarles a clases de música pero el apoyo desde casa y el refuerzo positivo es fundamental.