Aunque a veces podamos resultar un poco pesados al insistir en la ventaja de realizar una actividad física de forma habitual, a cualquier edad, lo cierto es que a veces hacemos buenos propósitos, pero aquello que conocemos como “pereza” nos gana la batalla y vamos posponiendo esas buenas intenciones.
Vamos a insistir una vez más en los beneficios de una actividad física continuada:
- Aumenta la eliminación del colesterol, disminuyendo el riesgo de arterioesclerosis e hipertensión.
- Aumenta la oxigenación y con ello la capacidad ventilatoria y respiratoria.
- Evita la descalcificación y desmineralización ósea.
- Se favorece la movilidad articular y se frena la atrofia muscular.
- Reduce el riesgo de formación de coágulos y, por tanto, de trombosis y embolias.
- Contribuye a regular los niveles de glucosa en sangre.
- Mejora la secreción hormonal.
- Conserva más ágiles y atentos nuestros sentidos pues se refuerza la actividad intelectual.
- Evita el sobrepeso y la obesidad, pues favorece la eliminación de sustancias de desecho.
- Contribuye al equilibrio psicoafectivo, mejorando el estado de ánimo y reduciendo la ansiedad.
¿No os parecen demasiados los beneficios como para renunciar a ellos?. Podéis elegir entre andar, que es una de las actividades aeróbicas más accesibles y de menor riesgo. Nadar, con sólo 30 minutos dos veces a la semana, lograrás que los músculos y las articulaciones se relajen en el agua, aliviando dolores e inflamaciones. Danza/Aerobic en donde las tablas de ejercicios están pensadas para mover el cuerpo y estimular la circulación.
Y, si a pesar de lo dicho, sigues con la “pereza” como compañer@, puedes optar por subir y bajar escaleras que es un ejercicio aeróbico que conlleva importantes beneficios, siempre que sea realizado con moderación y lo acompañes con una caminata diaria de 30 minutos.
¡Tampoco es pedirte mucho!. ¡Ánimo! ¡ Verás como las endorfinas( que son esas hormonas de la felicidad) te acompañaran y se harán tus más fieles fans.
Muy buenas las tablas de ejercicios.