El río Sépik es un largo río del Sudeste Asiático, el segundo más largo del mundo, que fluye a través de Papúa Nueva Guinea,
La actividad humana en la cuenca del Sépik se remonta a unos cuarenta mil años. Estos son los dominios de los hombres cocodrilo, el animal sagrado del Sépik. La vida espiritual de estos pueblos gira en torno al tambarán. Los tambaranes, también llamados “casas barco”, suelen estar en el centro de las aldeas. El material que emplean para su construcción es el bambú, con sus tiras atan y unen todo el armazón y fabrican el suelo. Las paredes y el tejado se confeccionen con corteza de palmera y bananera. Los dibujos representan deidades visualizadas en sus sueños y escenas cotidianas. Por encima de todas ellas se encuentra el cocodrilo, el rey dios del río. El propio tambarán tiene la forma de sus poderosas fauces. 
A pesar de existir centenares de tribus, se pueden establecer patrones de conducta comunes a todos los habitantes de esta región tropical. El tambarán es cosa de hombres. A las mujeres y a los no iniciados no les permiten entrar. Alrededor del tambarán bailan e invocan a sus dioses protectores. Un auténtico lugar de culto para un temible come hombres… el cocodrilo del Sepik, creador para ellos del cielo y de la tierra. Al llegar a la edad adulta, los miembros de la tribu deben someterse al rito. A través de él, chicos de 17 ó 18, aguantan un largo y terrible proceso de cortes y despellejamientos para formar cicatrices que asemejen su piel a la de un cocodrilo; sólo así podrán adquirir el status de miembro adulto de la tribu y obtener el permiso para cazar, realizar transacciones comerciales, casarse…Igualmente, las mujeres escarificadas, sobre todo en cara y pechos, son consideradas de enorme belleza, valientes y comprometidas con sus costumbres y tradiciones.
Podemos comprobar que los cocodrilos son para ellos una pura adoración. En el vídeo podéis apreciar “ el tamaño de algunos de estos cocodrilos”.
genial y espectacular