Resulta difícil pensar que seis tanques de agua caliente sean el lugar perfecto para ubicar un restaurante de alta cocina. Pues esto es exactamente lo que sucede en Islandia con el restaurante Perlan, situado en lo alto de las colinas de Oskjuhlio, cerca del centro de Reykjavik (Islandia).
De aire futurista, con cúpulas de vidrio translucido, y sobre los seis tanques de aluminio que almacenan el agua caliente que abastece a la capital, el edificio alberga comercios, un museo y un espacio para exhibiciones, un mirador panorámico y el restaurante giratorio de cristal más singular de Reikiavik en la parte superior, que gira 360 grados cada 2 horas, por lo que, desde la mesa, en el piso 8, se ve el horizonte de la ciudad, el aeropuerto y las montañas al otro lado de la bahía; todo sin tener que girar la cabeza ni una sola vez.
Y no sólo eso, sino que, además, en las noches claras del invierno, hasta es posible cenar con un espectáculo adicional, el de la aurora boreal. También hay un géiser artificial en el terreno, que se activa a intervalos regulares.
Grandes vistas y grandes platos. El Perlan no sólo es un lugar imprescindible para el funcionamiento de la capital islandesa sino también se ha convertido en uno de los puntos de recreo más representativos de la ciudad.