Un lugar cuanto menos sorprendente, y su nombre se lo ha ganado con justicia: La Colina de las Cruces, en Lituania.
Algunas fuentes afirman que la colocación de las primeras cruces en las inmediaciones de la colina data de 1236, al convertirse en una tradición usada como símbolo de desafío ante el invasor..
Tras la Primera Guerra Mundial (los alemanes ocuparon el país durante tres años) la colina se había convertido en un lugar para rezar por las víctimas, la paz y el país, un país que sufrió la marea bélica que inundó Europa en el siglo XX.
Con la caída del régimen comunista, el número de cruces comenzó a crecer hasta llegar a convertirse en lo que es hoy, algo así, como la meca de Lituania, un lugar de peregrinaje donde poder dejar testimonio por un familiar, un amigo, etc., o simplemente curiosidad.
Se estima que ya en 1990 alrededor de 50.000 cruces adornaban la colina. Hoy más de 100.000 cruces grandes, pequeñas, de madera, de metal, etc. se amontonan unas sobre otras formando una imagen única. Rosarios, estatuas, fotografías y todo tipo de objetos completan la estampa que atrae a un número considerable de peregrinos cada año.
Si pretendes visitar Lituania o su país vecino Letonia (la Colina de las Cruces se encuentra muy cerca de la frontera) no dudes en visitar este fantástico lugar.