El lago de Atitlán es, sin duda alguna, una de las grandes maravillas naturales de Latinoamérica, el de mayor profundidad y uno de los más bonitos del mundo. “Atlilan” en Maya significa “el lugar de donde el arco iris toma sus colores”.
Situado en el suroeste de Guatemala, en el departamento de Sololá, tiene una superficie de 125 km² , unos 305 m. de profundidad y una anchura de 18 km, y se ubica en una caldera volcánica llamada “Los Chocoyos”, que hace alrededor de 84.000 años fue formada por una tremenda erupción volcánica. Rodeado de tres volcanes, Atitlán, Tolimán y San Pedro, ofrece un paisaje asombroso, que lo convierte en un lugar de belleza inigualable.
Para las gentes que viven a su alrededor, mayas de diversas etnias, tz’utujil, quiché y kaqchiquel, el lago es un lugar sagrado. En definitiva, paisajes y costumbres que parecen sacados de una página de la historia, y pueblos ribereños que trasmiten paz y sosiego.
Yo lo he visitado y os puede asegurar que no hay ningún lago que se le compare.