Harbin está en el noreste de China, muy cerca de la frontera con Rusia y del frío invierno de Siberia. Al viajero que llega en estas fechas le esperan unos diecisiete grados bajo cero de media, nieve, un cielo helado y un sol, con suerte, pálido.
El Festival Internacional de Esculturas de Hielo y Nieve de Harbin es uno de los cuatro más importantes de todo el mundo junto al de Sapporo, en Japón, el de Noruega y el que se celebra durante el carnaval de Quebec, en el Canadá francés. Se comienza a celebrar a finales de diciembre y, si el tiempo lo permite y las construcciones no comienzan a deshacerse con los rayos del sol, dura hasta fines de febrero. La ceremonia de apertura es oficialmente el 5 de enero de cada año.
En realidad, el festival consiste en tres parques temáticos: el “Sun Island International Snow Sculpture Art Expo” (se trata de un parque temático para las esculturas de nieve), el “Harbin Ice and Snow World” (donde se celebran la mayoría de espectáculos y actividades y se encuentran los edificios de hielo iluminados) y, finalmente, el “Zhaolin Park Ice Lantern Fair” (un parque temático para las linternas de hielo).
El festival de Harbin se celebra desde 1963 y es lo más parecido a visitar un parque Disney después de una tormenta gigantesca de nieve. Sólo hay que abrigarse bien y dejar que la fantasía nos embargue.