Cuando uno, como se suele decir, “patea Madrid”, podemos encontrarnos con edificios tras los que se esconde una curiosa historia. Este es el caso de la magnífica mole de hormigón de la glorieta de San Bernardo con sus impresionantes terrazas y jardines verticales. Grande por sus jardines colgantes, en los que la vegetación forma cortinas entre los balcones sin impedir la entrada de luz y más grande por su historia, pues en ese lugar, en tiempos antiguos se encontraba el quemadero de la Inquisición. Y, posteriormente en 1847 el Hospital de la Princesa.
El edificio, inspirado por Le Corbusier, fue proyectado en 1975 por el arquitecto Fernando Higueras para acoger viviendas militares. Alguien llegó a decir que: «Es quizá uno de los mejores edificios de Madrid, junto a Torres Blancas, del Arquitecto Saénz de Oiza.»
A su alrededor se levanta el castizo barrio de Malasaña, todo un referente internacional de actualidad, con constantes tendencias de lo más modernas.
No podéis perderos admirar este chaflán entre las calles de San Bernardo y Alberto Aguilera, que emplea los mejores conceptos arquitectónicos.
Curioso y muy bonita esta casa, por cierto.
Mira que he pasado veces por ahí y no sabía que tenía este nombre.
¡Cuántas veces he pasado por este chaflán y no sabía que se llamaba la casa de las acelgas! Curioso. Gracias vivefeliz.