Carpe diem es una expresión de raíces latinas cuyo origen lo encontramos en una de las Odas (I, 11) escritas por el poeta romano Horacio en el siglo I a.C, aunque la frase completa, según aseguran los historiadores, fue “carpe diem quam minimum credula postero”, que en español puede entenderse como el siguiente consejo: “aprovecha cada día, no te fíes del mañana”.
Carpe diem es también lo que se define como un tópico de perfil literario, es decir, una temática que, de forma recurrente, aparece a lo largo de la historia en las obras enmarcadas dentro de la literatura universal. El concepto carpe diem fue muy utilizado durante la época Barroca, en el Romanticismo, y posteriormente en el Renacimiento, tres movimientos en los que se tomó la frase como base filosófica para la creación de múltiples obras.
Esta expresión puede abordarse desde dos perspectivas: por un lado, es una exhortación para que nadie deje pasar el tiempo; por el otro, puede referirse a disfrutar en tiempo presente cada placer de la vida, sin pensar en el futuro, un periodo imposible de conocer.
No obstante, no todo el mundo está a favor de esta expresión latina y del consejo que nos otorga. Y es que consideran que es una auténtica irresponsabilidad el dedicarse sólo a vivir el presente sin pensar en el futuro, sin establecer un seguro para que la vida dentro de unos años sea tranquila y no surjan complicaciones que han podido controlarse.
sugerentes y aplicables consejos
fantastica expresion
¡Qué buenos consejos!.
Pues en todo hay parte de razón, en el equilibrio está la verdad. Ni vivir el momento ni dejar de vivirlo por el futuro. Cabeza y corazón. Eso sí, exprime cada minuto de tu presente porque eso no volverá. Gran artículo, como de costumbre. ¿No dejareís nunca de sorprendernos? Espero que no. Carpe Diem.
Felipe G.