Sí, habéis leído bien: con solera y secreto. Os contamos la historia de nuestro conocidísimo Anís del Mono.
La empresa fue fundada a finales en 1870, en Badalona (Barcelona) , por los hermanos Bosch y Grau, quienes en pleno debate sobre la teoría de la evolución, quisieron parodiar las ideas de Darwin y se les ocurrió hacer la etiqueta de Anís del Mono con un mono que en realidad es la cara de Charles Darwin y que sostiene además un papel en el que se puede leer: «Es el mejor. La ciencia lo dijo y yo no miento».
Considerado uno de los anisados más importantes de España, pues su sistema de producción es artesanal, tal como se utilizaba hace más de 130 años, y que ha convertido este licor en uno de los más populares del mundo, exportándose a Estados Unidos y países de Iberoamércia.
El Anís del Mono contiene en su composición únicamente matalahúva (grana de anís) de primera calidad, rigurosamente seleccionada, de la que se saca el aceite esencial que proporciona el bouquet tan característico del producto. Agua químicamente pura, jarabe de azúcar refinado y filtrado, y alcohol. El proceso de destilación se lleva a cabo en alambiques de cobre, originales del siglo XIX.
El pintor Juan Gris utilizó esta marca en su collage cubista de 1914 La botella de anís (La bouteille d’anis).7
En la película El Padrino, de Francis Ford Coppola, hay una escena, después de una comida a base de pasta italiana, en la que beben café y Anís del mono, que se identifica claramente por su particular botella.
Cuenta con su propia estatua en el paseo marítimo de Badalona desde el 7 de julio de 2012.
En el vídeo nos cuentan algún «detallito» más.