Manarola es un pueblo pesquero situado en el norte de Italia, en la riviera de Liguria, que se asoma como si fuese un balcón sobre el mar. El pueblo se levanta sobre un escarpado promontorio de roca oscura con vistas a un puerto y con casas pintadas de colores pastel. Este escarpado terreno se ha modelado, durante siglos, dando lugar a numerosas terrazas, que forman casi 7.000 kilómetros de muros construidos con piedras, donde la gente del lugar cultiva viñedos y olivos, y cultivos biológicos de hierbas aromáticas para fabricar pesto.
Dado lo pintoresco del lugar, artistas e intelectuales de todo el mundo encuentran un remanso de paz en Manarola, donde no falta la hospitalidad, el confort y el lujo de un hotel de cuatro estrellas, o preciosas casas rurales más asequibles a todos los bolsillos.
En la actualidad, el lugar está catalogado como Patrimonio Mundial de la Humanidad, y desde 1998 ha pasado a convertirse en Parque Nacional y Zona Marina Protegidos. ¡Y bien merecido!