Originaria del sur de Europa, la madreselva goza de un halo místico que la relaciona con la felicidad y el amor eterno.
Existe un proverbio francés donde se dice que esta planta se adhiere a los árboles como si fuese una mujer que abraza al hombre que ama. Y es en este país, Francia, donde surgió la leyenda celta de un amor prohibido entre Tristán e Isolda y de su amor infinito, “como la madreselva y el avellano” que les llevo a la muerte antes que separarse.
Recientemente descubierta como una de las plantas capaces de absorber más polución mejorando significativamente la calidad del aire a su alrededor, y sus delicadas flores, en tonalidades rosas y blancas, inundan de perfume las noches veraniegas.
En España se cultiva, a veces de modo reiterado y abusivo, para formar setos y cubrir muros y vallas en casi todas las provincias.
Me encanta su olor