Cuando hablamos de Perú, la mayoría lo asociamos con Los Andes, el Macchu Picchu,…. Y, por tanto, podríamos poner en duda que pueda existir un desierto, seco y arenoso, con un oasis.
La laguna o el oasis de Huacachina es un lugar realmente sorprendente que se encuentra situado a unos cinco kilómetros de la ciudad de Ica, a pocos kilómetros de la costa pacífica del Perú, al sur de Lima. En realidad, se trata de una laguna de aguas curativas de color esmeralda que se creó gracias a las corrientes subterráneas que había en la zona. Con los años fue creciendo alrededor de este lago una exuberante vegetación y urbanizado con hoteles, casas y hasta un boulevard. El resultado es que parece como un sueño, un espejismo….
Pero además, aquí se pueden practicar curiosos deportes como el “sandboard” –surf en las dunas- Desde lo alto de las dunas, los más hábiles consiguen bajar de pie sobres las tablas y otros simplemente se tumban boca abajo y se dejan deslizar alcanzando gran velocidad. Eso sí, ¡el tragar arena está garantizado!.
Y como todos los sitios con “encanto” no podía faltarle la “leyenda”: Una hermosa doncella desconsolada por la pérdida de su amado, venía desde Tacaraca para cantar tristes canciones a la luz de la luna llena. Un cazador se acercó una noche para poder observarla atraído por sus hermosos cantos pero ella sintió tanto miedo que salió huyendo. Su vestido blanco quedó enganchado en una rama y el espejo que siempre llevaba consigo cayó al suelo formando una laguna. Al no encontrar un lugar por el que huir, ella se metió en el agua y se convirtió en sirena. Dicen que a media noche, cuando hay luna llena, la sirena sale a cantar sus cantos tristes y que cada año, una persona que no es del lugar, muere ahogado en la laguna, especialmente hombres.
Nada alcanza a quitar el encanto de sus atardeceres, y sus visitantes aseguran disfrutarlos hipnóticos desde lo alto de las dunas que lo rodean.
Maravilloso lugar y me lo apunto para mi próximo viaje a Perú. Genial!!