Imagínense un rascacielos de más de 3.100 metros cuadrados cubiertos por un manto vegetal de 115.000 plantas de 10 especies y cinco familias diferentes. Así es el edificio ‘Santalaia’ en la ciudad de Bogotá (Colombia).
Es, además, un verdadero biofiltro natural: 115.000 plantas compensan la huella de carbono de 700 personas; 3.000 m2 de vegetación son capaces de generar oxígeno para 3.000 personas y el muro verde de Santalaia es capaz de neutralizar las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de 745 coches.
El biólogo español Ignacio Solano y el equipo de Paisajismo Urbano necesitaron ocho meses para diseñar un proyecto que comenzó a gestarse en 2015. Uno de los primeros pasos: reunir el mayor número posible de plantas endémicas. Para lograrlo, Solano no dudó en embarcarse en una expedición a las selvas del Chocó colombiano para recoger muestras, reproducirlas in vitro y, una vez desarrolladas, incorporarlas a la obra. Otro reto fue el sistema de riego creándose 40 sectores de riego que se regulan de acuerdo con la humedad y la radiación solar.
Su esfuerzo ha merecido la pena. Os gustará el vídeo.