Una admirable labor de artesanía la que realizan cerca de mil personas de cuatro comunidades de Perú que, anualmente, se reúnen para lograr la renovación de Q’eswachaka, el último puente colgante, que aún se conserva en los Andes, hecho exclusivamente a mano a partir de fibras vegetales.
Todos los años, durante tres días, hombres, mujeres y niños trabajan unidos utilizando las técnicas de sus antepasados incas en un complejo y arriesgado proceso para celebrar la renovación del puente y dar una lección vital sobre el trabajo en equipo y el control sostenible de la naturaleza.
La renovación de las sogas es totalmente manual y es una tradición que se ha mantenido desde hace 600 años.
Con razón Q’eswachaka, es reconocido por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Una vez más podemos comprobar como con esfuerzo y un excelente equipo se alcanzan todas las metas deseadas.