Empezaremos por contaros que Liérganes es un bonito pueblo de Cantabria con gran riqueza arquitectónica y donde las casonas de piedra, muy bien cuidadas, configuran este pueblo típico del Norte de España. Los primeros datos históricos que se tienen sobre la existencia del pueblo de Liérganes se remontan al año 816, y en el siglo XVII se instalaron en la villa los primeros hornos de fundición que hubo en España.
Pero lo que ha dado verdadero renombre a este pueblo ha sido un mítico personaje que nació allá por el año 1660, de nombre Francisco (de la Vega Casar), a quien su madre al enviudar, lo mandó a Bilbao para aprender el oficio de carpintero y dicen que un día, mientras jugaba con sus amigos en la ría, se desnudó, se lanzó al mar y desapareció. Fue encontrado cinco años después (en 1.679) por unos pescadores que faenaban en la costa de Cádiz y cuando consiguieron atraparle vieron que tenía el torso y la espina dorsal cubiertos de escamas. La única palabra que consiguieron sonsacarle tras múltiples intentos de interrogatorios fue «Liérganes». Los pescadores tardaron bastante tiempo en averiguar que se trataba de un pueblo cercano a la costa santanderina, y allí lo llevaron. Vivió de nuevo con su familia, con actitudes extrañas: era sumiso, casi no hablaba, iba desnudo, pasaba varios días sin comer y no mostraba entusiasmo por nada, así que lo tomaron por loco. Hasta que un día, 9 años después, desapareció para siempre.
En el pueblo, ha ido pasando la historia de generación en generación hasta nuestros días, como sucede con tantas y tantas leyendas que existen, en tantos y tantos lugares.
En el Paseo de Velasco de Liérganes hay un monumento conmemorativo a esta leyenda, y un Centro de Interpretación.
Curioso el personaje, ¿verdad?.