Monsanto, (Portugal, frontera con Cáceres), un lugar auténtico enclavado en la vertiente de una pequeña pero escarpada montaña llamada Cabeço de Monsanto y plagada de grandes moles de granito que muchas veces forman parte de las propias viviendas.Ya en 1938 un concurso bautizó a Monsanto como “la aldea más portuguesa de Portugal” por conservar un tipismo informal, por su sabor medieval, sus casas con sus tejas rojas y sus paredes y calles de granito.
La tenacidad de su construcción es el reflejo de su resistencia histórica. Frente a las hordas del Imperio Romano aguantó Monsanto durante 7 años en el s. II a.C. La hazaña es el origen de una celebración que todavía hoy se organiza: la de la Fiesta de las Cruces, que se celebra el 3 de mayo con una gran Feria Medieval.
Otra tradición curiosa de esta aldea son las muñecas de trapo, sin rostro, llamadas marafonas¸ que se ofrecen a los turistas a las puertas de las casas cuando se pasea por sus empinadas calles y a las que se les atribuye el poder de proteger a las casas contra el mal. Para ello, se deben dejar tumbadas en las camas..
Tanto en primavera como en otoño puede ser un buen momento para conocer el lugar y revivir sobre su escenario único su pasado más auténtico, porque las piedras siempre han estado ahí.
¡Maravilloso pueblo y originales, muy originales las marafonas!