¿Hay alguien que no haya oído hablar del Padre Ángel? Pocos ¿verdad? Estaréis con nosotros si afirmamos que no es un sacerdote de “los de a pie”, es, como su nombre indica, “un ángel”.
Su símbolo de identidad, la sonrisa, una corbata a medio apretar y la Virgen de Covadonga que siempre le acompaña en su mano, le hacen inconfundible.
Tras esa sonrisa se esconde un alma que rebosa bondad y generosidad, un asturiano incansable, que traspasa fronteras creando proyectos y recursos para mejorar la calidad de vida de los sectores sociales vulnerables, tales como discapacitados físicos y psíquicos, mujeres víctimas de la violencia doméstica, inmigrantes y un largo etcétera. Siempre ha estado ahí dispuesto a brindar la ayuda humanitaria, que necesitan países que sufren desastres naturales terremotos, tsunamis, huracanes. Encomiable su labor al frente de Mensajeros de la Paz. Una gran familia formada por miles de personas en toda España que desarrolla actividades en 32 países del mundo, bien trabajando en colaboración con otras ONGs u organizaciones locales, o bien emprendiendo proyectos propios. Sus lugares de actuación son, principalmente, América Latina, África y Oriente Próximo.
Pero es más, Mensajeros de la Paz continúa ampliando su ámbito de actuación con la creación, junto a la Asociación Española de Pediatría, de la Fundación Pequeño Deseo, que se dedica a cumplir sueños de niños con enfermedades terminales.
Ante la necesidad que plantea el progresivo envejecimiento de la población y para ofrecer una respuesta adecuada a las necesidades sociales de las personas mayores, el Padre Ángel crea la Asociación Edad Dorada atendiendo a numerosas residencias de mayores y centros de día de España y países como El Salvador, Perú, Argentina, que prestan soporte a casi 12.000 personas, con el objeto de mejorar la calidad de vida de nuestros mayores y su integración social.
Como prueba de su inmensa labor humanitaria ha querido dejar una puerta abierta a aquellos que en estos momentos pasan por una situación difícil y les brinda su apoyo en la Iglesia de San Antón en Madrid ( abierta 24 horas), dando cobijo, comida y asistencia médica a aquellos que lo necesiten.
Sería interminable narrar la labor y lo que su infatigable tarea ha representado para muchos colectivos. Baste decir que es poseedor de numerosos premios, condecoraciones, destacando el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia y el Premio de la Fundación Mundial por la Paz.
Pródigo en entrevistas y reportajes, el Padre Ángel desprende siempre esa bondad y alegría que es patrimonio de muy pocos. Y es que el Padre Ángel pone su experiencia, cariño y corazón en todo lo que hace. Desde ViveFeliz.es nuestro agradecimiento y nos sumamos a su esfuerzo para lograr arrancar sonrisas, tan necesarias en estos tiempos difíciles.
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Un fuera de seri. De él deberían tomar ejemplo curas, obispos, políticos.
Este hombre es encantador !!! Tendría que existir mas gente como el !!!!! Me encantaría conocerlo !!!!!
¡Ese hombre es el ser más generoso que existe actualmente!. Todo bondad, desprende cariño y sacrificio por los demás. Así deberían ser todos los curas. Con personas así el mundo funcionaría sin tanto egoísmo. Agradecemos a vivefeliz que nos haga este tipo de artículos. Tenéis una web que rebosa dinamismo y talento.