Todos sabemos, y así se encargan de recordárnoslo a cada momento, que para vivir plenamente es necesario mantener una forma física y buena alimentación. ¿Pero no os parece también primordial realizarse un chequeo médico, al menos una vez al año?.
Porque, la prevención es garantía de futuro, y siempre es mejor conservar una buena salud adelantándose a los problemas, pues con el paso del tiempo nuestro organismo va dejando de ser fuerte y es preciso identificar los factores de riesgo a tiempo. Ello nos garantizará un envejecimiento activo y saludable.
Los valores a examinar y la periodicidad variarán en función de la edad, del sexo, de los antecedentes familiares o de si hay o no factores de riesgo.
¿Qué debería incluir el chequeo médico?.
En primer lugar, una analítica de sangre. En ella se recogerán unos parámetros que nos indicarán si padecemos o no una enfermedad. Son fundamentales: el colesterol, los triglicéridos, glucosa, ácido úrico, creatinina, hemoglobina, leucocitos, transaminasas y no estaría de más los niveles de la tiroides.
Medirse la tensión arterial. Resulta muy importante su control, porque no avisa ya que es un mal silencioso. Sus valores normales están establecidos en 140 mmHg para la máxima y 90 mmHg para la mínima.
Exámen de orina. Nos aportará datos de interés, no sólo de los riñones y del sistema excretor, sino también de la presencia de microorganismos que puede ser indicativo de infecciones o enfermedades.
Mamografía. Es la prueba más eficaz para diagnosticar precozmente el cáncer de mama.
Prueba sanguínea del PSA. Prueba para descartar el cáncer de próstata.
Densitometría ósea. Para conocer la densidad de calcio en nuestros huesos.
Revisión ocular. Para descartar enfermedades como glaucoma, degeneración macular, cataratas o presbicia o vista cansada.
Así pues, la detección en fases iniciales de cualquier enfermedad incrementa el porcentaje de su curación.