Exacto. El diente de león no es solo una hierba en tu jardín, que crece salvaje, es una de las hierbas más medicinales que existen en el mundo.
¿Quién no ha usado alguna vez esta planta cuya flor amarilla se convierte en una bola con pelusa blanca, para soplarla y ver como vuelan las semillas? Porque lo cierto es que nos la encontramos en muchos campos y jardines caracterizada por sus hojas dentadas y su flor amarilla. Muchas personas ignoran que la planta silvestre que tienen tan al alcance puede ayudarles a mejorar su salud, ya que actúa como un gran depurativo para limpiar el organismo de las toxinas que acumulamos por una mala alimentación, malos hábitos, sedentarismo, etc.
Recordemos que esta planta silvestre es comestible, aunque la manera más común de tomar el diente de león es en infusión, hirviendo las hojas y la raíz de la planta. Si tenemos la oportunidad de coger sus hojas tiernas, las podremos añadir a ensaladas, tortillas o incluso hacer una salsa pesto con ellas, mezclándolas con otras plantas como la albahaca o la rúcula. Toda la planta es comestible y se ha usado como alimento. Las hojas se comen en ensalada o cocidas a vapor, las flores se comen crudas y se convierten en vino, de la raíz se prepara cerveza y una bebida parecida al café.
Resumiendo, está indicada para personas con gota, hipertensión, retención de líquidos, problemas de la piel, prevenir y tratar la anemia, porque además contiene vitaminas A, B y C, ácido fólico, potasio, silicio, hierro y taninos.
Así que ya sabéis, nunca las eliminéis de vuestro jardín y, en lugar de pedir un deseo volando sus flores al viento, guardarla para hacer un té, o una ensalada.
Para no extendernos más, podéis comprobar en el vídeo las propiedades casi “milagrosas” de esta planta silvestre, a la que algunos, os confesamos, no le hemos prestado demasiada atención.