Hablar de sidra, es hablar de Asturias. Porque, a nadie se le escapa que sidra se produce en Irlanda, Escocia, Italia, Normandía, México, Japón, Canadá…., pero, estaréis conmigo en que, la sidra de Asturias es única.
En el Principado hay más de cien variedades de manzana, todas necesarias para producir esa excelente sidra, unas aportando su toque ácido, otras dulce dulce, que le dan más o menos cuerpo….
Pero, la característica más peculiar de esta bebida, que se obtiene de la fermentación del mosto de manzana, es quizá la forma en que es servida: lanzada desde lo alto. El escanciador vierte con maestría en el vaso la cantidad exacta de sidra que se debe beber de cada trago, el llamado ‘culín’ o ‘culete’. De esta forma, cuando el líquido golpea contra el vaso se producen unas pequeñas burbujas de anhídrido carbónico que arrastran el aroma de la sidra. Precisamente, el vaso tiene una forma ancha para que se introduzca en su interior la nariz y se pueda apreciar el aroma de esta bebida. Según los consumidores más avezados, una vez que han desaparecido las burbujas, éste no se distingue tan bien, lo cual explica que los culines -la cantidad que se echa cada vez que bebe una persona- deban ser consumidos de un solo trago, justo después de ser escanciados. Los últimos restos se aprovechan para limpiar la parte del recipiente donde se colocan los labios, ya que el vaso suele compartirse.
Su consumo o ‘espicha’ es un verdadero rito y despierta en Asturias encendidas discusiones. La costumbre de esparcir serrín en el suelo de los chigres y la tradición de compartir el mismo vaso para beberla es algo que está en recesión, por cuestiones higiénicas elementales, pero aún tiene defensores. Alrededor de ella se reúnen las familias y los amigos de manera cotidiana y cuando hay algo que celebrar. Se bebe en los “chigres” o sidrerías, locales muy apegados a la tradición gastronómica asturiana, aunque también en “llagares” con toneles de sidra de fondo y en las romerías o “fiestas del prau”.
La sidra forma parte de la cultura, la personalidad y la gastronomía de Asturias, ya que está presente en la práctica totalidad de los rincones del territorio.
¡Identidad de una tierra tan grande como la asturiana!. Por eso nos permitimos decir: “Puxa Asturies”.