Las Fragas del Eume, en la Coruña constituye uno de los bosques atlánticos de mayor interés ecológico de Galicia. Fresnos, robles, castaños, abedules, sauces, arces, avellanos, laureles y otras especies arbóreas norteñas llenan de frondosidad las laderas del valle del río Eume. Las depresiones y las gargantas que se forman a lo largo del cauce del río, dan lugar a paisajes de singular belleza.
Considerada como una de las joyas forestales ibéricas, las Fragas del río Eume (fraga en gallego es un espacio montañoso donde crece salvaje la vegetación) constituyen el más importante ejemplo superviviente de bosque autóctono sobre la franja litoral de Galicia. Es el bosque milenario en estado puro, la cubierta vegetal que cubría Galicia hace algunos miles de años. 80 kilómetros de biodiversidad extendida a lo largo de las riberas del Eume que fueron declarados Parque Natural en 1997, con una superficie de 9.125 Ha.
La magia de la fraga se ve acrecentada por las ruinas de algunos molinos y presas, por viejas torres defensivas y por el Monasterio de Caaveiro, que se estableció en el año 934 en ese lugar.