Nos tenemos que remontar al siglo XVI para encontrar la aparición del encaje, que se supone nació en Venecia. Por eso, España, Italia y Flandes mantienen, desde antiguo una larga disputa por atribuirse la invención del encaje de bolillos.
Sea como fuere, lo cierto es que la elaboración de encajes siempre ha sido obra de mujeres, pasando su técnica de generación en generación. Con tan solo unos elementos básicos como la Almohadilla, los Bolillos, alfileres, las hebras y el dibujo, unas hábiles manos logran verdaderas obras de arte. En el vídeo se puede apreciar la habilidad de las tejedoras que no deja de sorprender a entendidos y profanos.
Almagro, un pueblo de Ciudad Real, da nombre a la producción que se hacía en toda la zona circundante llamada Campo de Calatrava. En 1796 se establece en Almagro Juan Bautista Torres, procedente de Mataró, que introduce en la zona la realización de blondas para mantillas. Los modelos eran catalanes, florales preferentemente. Fueron estas blondas las que dieron fama a los encajes de bolillos de Almagro, perdurando hasta nuestros días. Aunque Camariñas (A Coruña), se precia de ser un competidor muy importante, con notables diferencias en lo que a dibujos se refiere.
Desde el año 2006 y con la finalidad de recoger la historia y la tradición de esta actividad, se inauguró el “Museo del Encaje y la Blonda de Almagro”, en el que se realizan visitas guiadas y eventos relacionados con el mundo del encaje de bolillos. Con Jornadas de Encaje de Almagro, el 14 de Junio se celebra el día de la encajera. Existe también una escultura de la encajera en la entrada desde Bolaños a Almagro.
La larga tradición de encajes de bolillos en toda la zona de Calatrava se conserva, aunque muy decaída. Si no se considera esta producción como una artesanía de lujo y se paga como tal desaparecerá.