La calabaza pertenece a la familia de las cucurbitacias, con más de 850 especies distintas. Hay muchos tipos de calabaza, cada uno de ellos adaptado al medio en el que crecen. De forma esférica y achatada, ovalada y alargada, y de color anaranjado, amarillo o verde, la calabaza tiene infinidad de virtudes.
Las semillas, lo mejor de la calabaza, pues nos aportan:
- Omega 3, protegiéndonos contra las enfermedades cardíacas, con un menor riesgo de endurecimiento de las arterias y antiinflamatorios.
- Ricas en vitaminas y minerales: destaca en su aporte en vitamina A, D, E, B-12, C, tiamina, calcio, hierro, potasio, magnesio y fósforo.
- Propiedades antioxidantes y agente antiinflamatorio: la presencia de zinc ayuda no solo a estas funciones sino también al proceso metabólico. Los antioxidantes ayudan a combatir el envejecimiento prematuro y las enfermedades crónicas.
- Ayudan a controlar el azúcar en sangre: protegen contra la diabetes tipo 2.
- Mejoran la calidad del esperma.
- Pueden actuar como promotor del crecimiento del cabello.
- Actividad antimicrobiana.
Como cualquier otro fruto seco, el consumo de pipas de calabaza siempre será más beneficioso si las tomamos al natural, más que si optamos por la versión salada o fritas, y almacenarlas en un lugar oscuro, seco y fresco.