Una colección de paisajes marcados por el tinte en rojo, es el tono que predomina en la zona de la Garganta del Dadés. Las formaciones rocosas son surrealistas, a ratos nos recuerdan al Gran Cañón del Colorado, a ratos entendemos porqué se conocen como ‘monkey fingers’, pero en cualquier caso, siempre formando un conjunto extraordinario con la vegetación y las kasbahs de los alrededores.
La ruta de la Garganta del Dadés se encuentra en el Alto Atlas, y es famosa no sólo por sus paisajes, sino también por sus habitantes, los bereberes. Recorre el contorno del río que permite la existencia de culturas dedicadas a la auto-subsistencia gracias a los cultivos, lo que ha sustentado un elevado número de kasbahs, un tipo de arquitectura defensiva en tiempos de guerras tribales, realizados con gruesas paredes y torres para vigilar en todos los ángulos.
Gran rivalidad existe entre estas gargantas y las del Todrá por ser las más bellas de Marruecos. Si bien, las de Todrá son más altas y espectaculares, la variedad paisajística de las gargantas del Dadés, junto con su riqueza arquitectónica son inigualables.
No sería de extrañar en el recorrido encontrar pueblos nómadas viviendo junto a rebaños de camellos, cabras y corderos.
Sin duda uno de los rincones más auténticos de Marruecos.