La palabra indalo podría tener su origen en la lengua de los íberos: indal eccius, ‘mensajero de los dioses’; sin embargo es más reconocido el origen del nombre en homenaje al patrón de la ciudad de Almería, San Indalecio.
Representa a una figura humana con los brazos extendidos y un arco sobre sus manos, figura rupestre del Neolítico tardío o Edad del Cobre que se encuentra en la Cueva de los Letreros, situada en la falda del Maimón, en el municipio de Vélez- Blanco (Almería, Andalucía) España.
La Cueva de los Letreros, y más concretamente el indalo, fueron descubiertos hacia 1868 por el arqueólogo almeriense Manuel de Góngora y Martínez y fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1924 y en 1998 Patrimonio de la Humanidad como parte del arte rupestre del arco mediterráneo de la península ibérica.
Actualmente se considera un símbolo de la provincia de Almería.