Todos nosotros necesitamos un tiempo de descanso a lo largo del día. Por eso, qué mejor que una “siestecita”, después de la comida, entre las tres y las cinco de la tarde.
La siesta es una costumbre mediterránea «saludable», pero se recomienda que «no exceda los 30 minutos de duración, porque un exceso puede perturbar el sueño nocturno». Alargar la siesta también es contraproducente para el rendimiento personal ya que, si se duerme muchas horas, se alcanzan fases profundas del sueño y el despertar puede acompañarse de cierto malestar físico, apatía o irritabilidad.
La siesta está relacionada con nuestro «reloj biológico» : la actividad cerebral y física disminuye cada cuatro horas y para renovarla el cuerpo necesita unos minutos de descanso, que se corresponden con el momento de la siesta a media tarde.
Conoce algunos de sus beneficios:
- Disminuye el riesgo de accidentes cardiovasculares.
- Aumenta la vitalidad y la memoria.
- Mejora nuestro grado de atención.
- Reactiva los reflejos.
- Incrementa la eficacia de nuestro trabajo.
- Produce una sensación de bienestar general.
- Estimula las defensas.
- Descenso del estrés y la tensión.
Ya sabes, puedes optar: por una siesta relámpago, un simple relax o una siesta regia, como decía Camilo José Cela, con «orinal incorporado». Escoge, y qué la disfrutes.