La Hiruela, no es un lugar cualquiera de la Sierra del Rincón, es uno de los rincones más bellos de Madrid y también uno de los más fríos. Sus casas de piedra, adobe y madera de roble de la dehesa, apenas han sufrido modificaciones en su estructura desde su construcción, lo que confiere a La Hiruela una identidad arquitectónica propia que lo sitúa como uno de los pueblos mejor conservados de la Comunidad de Madrid. Con razón, junto con otros cuatro municipios son considerados como Reserva de la Biosfera por la UNESCO.
La extraordinaria ubicación de La Hiruela os permitirá realizar rutas a pie por increíbles sendas entre bosques, arroyos y dehesas. Además, podréis visitar pueblos medievales como Buitrago, los frondosos bosques del Hayedo de Montejo o los espectaculares valles de La Puebla.
La senda de las Carboneras, que recorre la dehesa de robles centenarios donde se fabricaba el combustible vegetal, es una visita obligada en otoño. Y no digamos la senda de Molino a Molino, que discurre por los sotos del Jarama, entre robles melojos, álamos blancos, sauces, chopos y abedules radiantes como bombillas.
Un buen lugar para comer es Casa Aldaba, en cuya carta no faltan en esta época los huevos escalfados con boletus y la tarta tatin elaborada con los codiciados peros (una variedad de manzana) de La Hiruela. Esta casa de piedra tradicional ofrece también alojamiento con vistas a la dehesa de robles.
Un enclave privilegiado donde disfrutar de los encantos y colores ocres típicos del otoño.
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